La Comunicación

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La Comunicación

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La Comunicación. Otra entrega de nuestras Píldoras de Conocimiento.

  • Si no existe comunicación no es posible el entendimiento entre las personas, las empresas, los pueblos…, la humanidad en general.
  • Tan sólo se puede hablar de comunicación, en el sentido estricto de la palabra, cuando el receptor puede reaccionar al mensaje del emisor.
  • El proceso de comunicación depende tanto del intelecto como de la emoción, y su esquema básico es el siguiente: un emisor tiene una idea, la codifica, lanza el mensaje a través de un determinado canal, éste llega al receptor que la decodifica y a continuación reacciona al mensaje.
  • Varios receptores pueden entender cosas distintas de un mismo mensaje dado por un emisor. Si el mensaje no coincide con la idea que tenía el emisor, será culpa de éste.
  • Siempre que el receptor puede emitir un feed-back se establece una comunicación de tipo bidireccional. En caso contrario se habla de comunicación unidireccional. El primer caso es el ideal. El segundo recorta gravemente la correcta recepción del mensaje, y desgraciadamente está muy extendido su uso tanto en las relaciones privadas como en las de ámbito profesional.
  • Existen una serie de barreras que dificultan la comunicación o que incluso pueden llegar a impedirla: no tener ideas; el emisor no codifica bien sus ideas; se presta más atención a la técnica de la comunicación que al contenido del mensaje; no se escucha o presta suficiente atención; no se habla el mismo idioma; las noticias nuevas pueden llegar a bloquear el proceso de recepción.
  • Como contrapartida existen una serie de reglas tendentes a mejorar la comunicación: conseguir que el receptor y el emisor hablen el mismo idioma; que exista un respeto mutuo entre los interlocutores, hacer preguntas tales como ¿qué?, ¿quién?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿por qué?; concentrarse en las ideas más que en los detalles; prescindir del aspecto y forma de la persona a la que se escucha.
  • Se debe escuchar con el máximo de atención, ya que esto es la mitad de la comunicación. Los buenos comerciales ya no son aquellos que hablan mucho, sino los que escuchan y así comprenden las necesidades de sus clientes.

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